sábado, 15 de marzo de 2008

BERNARDO KLISKBER - POBREZA PARADOJAL

disertó Bernardo Kliksberg
Publicado el Viernes, 7 de Mayo del 2004 (10:04:42)

Con la presencia del vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, y autoridades nacionales y provinciales, disertó en Resistencia el especialista internacional en política social, ética y desarrollo, Bernardo Kliksberg.

En el comienzo de su exposición Kliksberg manifestó su emoción por estar en la provincia y expresó sentirse honrado por la calidez con la que lo recibieron los distintos funcionarios provinciales; de los que recordó sus experiencias vividas años anteriores.

Ya entrando en el tema, expresó que la pobreza se esconde en la vida cotidiana y que es el sufrimiento innecesario que vive toda América Latina. De esta manera señaló que hay un nuevo término para definirla: “pobreza paradojal”, debido a que los países americanos tienen todos los recursos necesarios y “están bendecidos por la divinidad” para desarrollarse económicamente, pero aun así están sumidos en la miseria.

En un ágil repaso por los índices económicos de la Argentina y otros países, señaló que en el país existe un mayor número de pobres que en los años 80. Como producto de esto se generó en la población americana un gran numero de “demócratas insatisfechos”, personas que no quieren volver a los regímenes totalitarios, pero que tampoco están conformes con las actuales políticas económicas implementadas, porque “la democracia debe estar al servicio de la gente”. Así dejó ver la falta de certeza de las ideas neoliberales, las que según expuso “solo generó mayor desocupación, mayor desigualdad y exclusión social”.

La situación social en la Argentina

Según los índices del Indec, en el año 98 había un tercio de la población en estado de pobreza, esa cifra ascendió a un 58% en el 2000. “Lo que implica que 18 millones de personas están viviendo la incertidumbre de la pobreza extrema, no teniendo ni siquiera para cubrir sus necesidades alimentarias”, comentó Kliksberg.

En este marco de situación, los más perjudicados son los jóvenes menores de 18 años y los niños menores de 14 años, quienes según expresó son los mal llamados “chicos de la calle”. En este punto aclaró que la extrema situación familiar los lleva a estar excluidos de la sociedad sin que puedan cumplir con los niveles educativos, lo que trae aparejado que sean excluidos en el ámbito laboral.

Inversión en la gente es la clave

El especialista resaltó que los cuatro países nórdicos, Finlandia, Suecia, Noruega y Dinamarca, lograron desterrar la falacia tan usada en Argentina de “vamos a invertir en educación y salud cuando veamos los índices de crecimiento”.

Según señaló, estos países invirtieron en salud y educación muchos antes de ver algún crecimiento económico: “se dieron cuenta que para crecer era necesario invertir en la gente, que es el reflejo de la calidad de vida de un país”.

Estos países implementaron políticas socioeconómicas ligando todos los aspectos de la sociedad y los factores económicos del país.

Las soluciones

Finalizada su disertación, manifestó tener esperanza en la recuperación económica siempre y cuando “sean desterradas las prácticas corruptas”. Para esto cumple un papel fundamental la ética que es la que sirve como orientadora de la economía. Es imprescindible que en las políticas económicas, las personas sean tomadas como sujetos y no como objetos, también cumple un papel fundamental el empresariado por medio de una mayor responsabilidad social, y el voluntariado, así como generar alianzas estratégicas e implementar el gerenciamiento por excelencia.

Fuente: Diario Primera Línea.

RES - LEY DE ETIQUETA SOCIAL:

REPORTAJE: Bernardo Kliksberg “Las empresas son decisivas en la lucha contra la pobreza”

El asesor principal del Programa de la ONU para el Desarrollo para América latina habla de la pobreza en la región y destaca la importancia de la RSE.
Por
Luis Rodríguez

Con políticas públicas al servicio de la gente, una sociedad civil movilizada que las apoye y un empresariado conformado por dirigentes éticos, la pobreza puede ser derrotada. Es hora de que todos colaboren con su granito de arena para que no haya ni un sólo pobre más en el mundo. La sociedad en su conjunto, los gobiernos y las empresas tienen en sus manos la oportunidad histórica de derrotar la pobreza", indica el economista y sociólogo argentino Bernardo Kliksberg. El especialista en el estudio de la pobreza en América latina fue director del Programa Regional de las Naciones Unidas para América Latina de Gerencia Social y autor de más de 40 libros. También brinda asesoramiento a diversos organismos internacionales como la OIT y UNESCO. "La pobreza en la región es más que preocupante porque, aunque muchos se sorprendan, las estadísticas indican que América Latina posee la pobreza más inequitativa de todo el planeta. Si bien Africa es mucho más pobre que América latina, la pobreza de nuestra región es más desigual que la africana. La pobreza latinoamericana es de muy mala calidad ya que la mitad de ella es extrema, lo que significa que no es una pobreza digna sino, injusta, inequitativa y dura. Por eso yo la defino como una pobreza en medio de la riqueza", indica Kliksberg.

Fortuna: Generalmente, los latinoamericanos pensamos en África como un continente extremadamente pobre, peor que nuestra región. Para que usted afirme que la situación aquí es peor, los datos que dispone deben ser alarmantes.
Kliksberg:
Lamentablemente, números son los que sobran por lo que voy a tratar de ser lo más claro y contundente posible. Según datos del Banco Mundial, el 39% de la población de América latina está por debajo de la línea de la pobreza, o sea, que cuatro de cada 10 latinoamericanos son pobres. En la región, 209 millones de personas son pobres; 120 millones de personas carecen de un baño y 60 millones no tienen acceso al agua potable, con lo que todo eso significa en materia de salud. Si la comparamos con otras regiones del mundo, por ejemplo con la europea o con la de Estados Unidos, estamos hablando de una pobreza de más de 3 veces.

Fortuna: ¿A qué se refiere exactamente cuando habla de pobreza indigna e inequitativa?
Kliksberg: Mire, hay un dato clave que todavía no le mencioné y que es que el 10% más rico tiene 50 veces más de lo que posee el 10% más pobre. Y esto se da, paradójicamente, en el continente con mayores recursos naturales de todos. Por eso es que digo que se trata de la pobreza más desigual de todas.

Fortuna: ¿Cuál es la situación particular de la Argentina?
Kliksberg: La Argentina forma parte de América latina y, por lo tanto, no escapa de esta triste realidad que aqueja a la región. Sin embargo, los últimos números son un poco más alentadores respecto del resto de la región. Gracias a las políticas públicas activas puestas en práctica por la actual gestión gubernamental y a la enorme participación ciudadana, en los últimos cuatro años el índice de pobreza se redujo del 56% al 30%. Si bien para muchos es tomado como un dato alentador, para mi gusto sigue siendo un porcentaje demasiado elevado. Hoy en la Argentina hay 4.700.000 chicos menores de 14 años que viven en la pobreza y hay un 20% de desnutrición infantil. Esto es inexplicable en un país que es el quinto productor mundial de alimentos y que, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, posee una envidiable riqueza de recursos naturales y humanos.

Fortuna: ¿Cuáles deberían ser las políticas más activas para combatir la pobreza?
Kliksberg: Más que combatirla hay que pulverizarla y desterrarla definitivamente.

Fortuna: Esta afirmación parece más una expresión de deseos...
Kliksberg: La pobreza es absolutamente derrotable. Pero para ello, gobierno, ciudadanía y empresarios deben sentarse a la mesa y negociar tareas y responsabilidades. Si estas tres partes se ponen de acuerdo, la pobreza puede tranquilamente ser algo del pasado.

Fortuna: ¿Qué rol le cabe al Estado en esta lucha?
Kliksberg: Un papel importantísimo. Sin un Estado eficiente, el desarrollo es muy difícil. Hace falta un Estado de bienestar productivo que tenga respeto por la Justicia y los derechos humanos, entre ellos el derecho a alimentarse, a estudiar y a la salud. No se trata de volver a visiones omnipotentes del Estado, sino de pensar en un modelo estatal diferente, bien articulado en redes productivas con la sociedad civil en todas sus expresiones, y con las mismas comunidades pobres, tratando en su conjunto de encontrar soluciones realmente válidas para un problema tan preocupante como el de la pobreza.

Fortuna: ¿Cómo puede ayudar la ciudadanía?
Kliksberg: En este caso, sería bueno dividir a la ciudadanía en dos clases: la civil y la empresaria. En el primer caso, tiene que ser más participativa. La participación comunitaria tiene un poder increíble. En el caso de los empresarios, las empresas privadas son actores decisivos en la marcha de la economía de un país y por lo tanto pueden y deben hacer contribuciones muy importantes en el terreno de la lucha contra la pobreza. Es acá donde la responsabilidad social empresaria cobra un papel transcendental.

Fortuna: Muchos entienden a la responsabilidad social empresaria sólo como un conjunto de acciones solidarias. ¿Cuál es su definición de RSE?
Kliksberg: La empresa socialmente responsable es aquella que tiene buenos tratos con sus empleados, que respeta a los clientes y el medio ambiente; que está social, política y económicamente vinculada a la ciudad donde desarrolla sus actividades, y que ayuda a sus ciudadanos –y empleados– a vivir dignamente. Todas estas cualidades sirven para definir si una empresa es socialmente responsable o no.
Fortuna: ¿Existen países que tengan políticas para fomentar este modelo?
Kliskberg: Muchísimos. Bélgica acaba de establecer la Ley de Etiqueta Social que establece que las empresas que tengan altos puntajes de responsabilidad social empresarial pueden usar una etiqueta en sus productos. En Inglaterra se creó el Ministerio para la Responsabilidad Social Empresarial; en Francia se aprobó una ley por la cual los fondos de inversión están obligados a publicar el balance social de sus empresas donde cuenten qué hacen para y por la comunidad, y en Italia hay una serie de municipios que han establecido que le van a dar prioridad a empresas que tengan alto nivel de responsabilidad social para radicarse en ellos.

Fortuna: ¿Y qué empresas podrían mencionarse que apliquen acciones activas de RSE que abarquen ese concepto en su total dimensión?
Kliskberg: IBM acaba de poner a disposición de las instituciones públicas de salud un novedoso software para ayudarles a prevenir con más exactitud la gripe aviar y otras enfermedades infecciosas. Cisco está entrenando personal en el uso de Internet en los países menos desarrollados y el Grupo Santander está realizando un enorme esfuerzo para fortalecer la educación superior a distancia en América latina.

Fortuna: ¿Y dentro de América latina?
Kliskberg: Lamentablemente, en esta materia todavía estamos muy relegados. Si bien hay importantes esfuerzos en marcha, como los que está liderando la Fundación Carolina, también hay resistencias importantes. En el caso puntual de la Argentina, ya hay muchas empresas, sobre todo entre las más grandes, que han comenzado a comprender que más que una preocupación se trata de una necesidad urgente.

Fortuna: ¿Cuánto tiene de necesidad y cuánto de nueva moda gerencial que, como muchas otras, puede quedar obsoleta en el corto plazo?
Kliksberg: En verdad, la RSE es todo lo opuesto de una moda. Es parte de un proceso de evolución de la concepción misma de la empresa privada en las últimas décadas.

Fortuna: ¿Qué ventajas tiene una compañía que aplique la RSE a aquella que no lo haga?
Kliksberg: Enormes. Las empresas que se nieguen a aplicar la RSE lo pagarán, como indican múltiples fuentes, con menos competitividad, baja productividad del personal y rechazo de consumidores e inversionistas.

Fortuna: ¿Quiénes son los verdaderos impulsores de la RSE?
Kliksberg: Si bien un importante grupo de poderosas instituciones financieras han recomendado recientemente a sus pares colocar este tema en el centro de su agenda diaria, en realidad se trata de un proceso que está movilizado por poderosas demandas sociales. Las mismas parten del reconocimiento de que la empresa privada es un motor esencial de la economía y que sus actividades deben ser promovidas y facilitadas pero que, justamente por su enorme incidencia en la vida de los ciudadanos, tiene que ser considerada como una institución social con responsabilidades calificadas.

Fortuna: ¿Cómo se hace para garantizar la ética de los gerentes?
Kliksberg: De a poco, muy de a poco. Casos como el de Enron confunden a todos. Hay que trabajar mucho en la formación de generaciones de gerentes éticos para el mediano y largo plazo. En Francia, por ejemplo, se acaba de crear una academia de alta gerencia para entrenar ejecutivos en responsabilidad social empresarial y, en Inglaterra, la Universidad de Cambridge creó un doctorado dirigido a gerentes especializados en articular entre las empresas, la sociedad y el Estado. Es fundamental que el mundo pueda contar, cuanto antes, con una generación de gerentes éticos. Ni mejores ni peores gerentes, simplemente gerentes éticos.

Fortuna: Por lo que señala, se desprende que, pese a ganar muy buenas remuneraciones y estar altamente capacitados, los directivos de Enron no fueron éticos.
Kliksberg: Totalmente. Tal cual lo dije en un momento de la charla, al igual que la pobreza, a esta clase de dirigentes hay que eliminarlos. El mundo necesita líderes nuevos y sanos. Y eso incluye también a los empresarios.

Fuente: Revista Fortuna 23 de Febrero 2007

No hay comentarios: